Y
caminó por el silencio de la nieve, que es el silencio más antiguo del mundo, y
el más callado, yéndose directo al encuentro de una vieja sombra perdida: la
suya propia. O tal vez, la de ella. Dos sombras a punto de ser una. En todo
caso, sin demorarse mucho, pues él, como viejo policía, era un hombre puntual y…
treinta años ya era demasiado retraso. Un retraso agridulce.
Bitter Sweet (2010)
No hay comentarios:
Publicar un comentario