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jueves, 12 de abril de 2012

PREFAB SPROUT






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ENTREVISTA (2009)

PREFAB SPROUT Escuela de amor


 
Ya parecía imposible, pero en 2009 vimos emerger del olvido un puñado de nuevas-viejas canciones de Paddy McAloon y su máquina de belleza, Prefab Sprout. Todo en ellas, de las melodías “larger than life” a esas letras bonitas y raras sobre el poder redentor de la música, pertenecían a un mundo ideal que podría estar en este. Sí, “Let’s Change The World With Music” nos cargó de idealismo. Nos resucitó. Juan Manuel Freire entrevistó a McAloon con la excusa de ese retorno y, emocionado, nos aseguró que hablar con él ha sido una de las cosas que jamás olvidará en su vida.
Me apostaría un brazo por ello. Me apostaría el corazón por ello. Me apuesto lo que quieran a que entre las novedades de este año es imposible encontrar un disco tan hermoso como “Let’s Change The World With Music” (Kitchenware-[PIAS] Spain, 2009), un retorno, el de la leyenda pop Prefab Sprout, en forma de exhumación, porque fue grabado para ejercer de puente entre “Jordan: The Comeback” (1990) y “Andromeda Heights” (1997). La discográfica Sony lo rechazó en 1992. Casi dos décadas después, Paddy McAloon lo regala al mundo. Antes de empezar la entrevista, se lo agradezco. “Ha arreglado mi año”, le digo. Él ríe y contesta: “También el mío”.

Al parecer fue Keith Armstrong (cofundador del sello Kitchenware) quien le convenció para publicarlo. Sí, habíamos llegado hace un tiempo a un acuerdo para hacerlo, pero yo no me acordaba. Y un día se me acercó y me dijo que había que sacarlo ya. Era un disco que había intentado sin demasiado éxito borrar de mi cabeza, porque, de veras, me dolió mucho que no saliera en su momento, me sentí herido por ello y prefería pensar que el álbum no existía. Además, estaba pensado para ser grabado con la banda, no en solitario.
"La gente solo quiere canciones de amor, y un tipo de canción de amor muy determinado. Es fácil volverse inane y yo no quiero serlo. Prefiero servirme a mí mismo que a una compañía discográfica. Tengo algunas cosas que igual funcionarían, pero, sinceramente, me da pereza tratar con las compañías" (Paddy McAloon)

La gente de Sony tenía sus reservas con la imaginería religiosa, pero esas referencias místicas ya figuraban en “Jordan: The Comeback”; su tema “One Of The Broken” estaba cantado desde el punto de vista de Dios. ¿Por qué preocuparse ahora? Este disco era una continuación de “Jordan: The Comeback”. Yo tampoco sé por qué les inquietaron esas referencias... Si te soy sincero, seguramente el rechazo se debía a elementos ajenos al material. Por suerte, me muevo bastante rápido en términos compositivos. Pensé: “Esto es una vergüenza”. Pero no paré.

Por momentos suena realmente fresco, como en “Ride”. ¿Añadió el ingeniero Calum Malcolm algún elemento a la grabación o trabajó única y exclusivamente con el material de las maquetas? Bueno, volvimos a programar parte de la música de “Music Is A Princess”, pero por lo demás todo lo que suena ya estaba en el material original. Lo que sucede es que Malcolm tiene un enorme talento y ha hecho maravillas con la vieja cinta analógica: ha creado espacio y limpiado las voces, y solo dando relevancia a ciertos detalles que le gustaban ha renovado el sonido de ciertas canciones. La principal diferencia respecto a la maqueta estriba en la desaparición de tres canciones. El disco se hacía largo. Quitamos el tema titular, aunque espero grabarlo algún día. Con los otros dos no haré nada; pertenecen demasiado a esa época, hablan sobre ella. Bueno, “Diana” me gusta...

No es la misma “Diana” de “Protest Songs” (1989) ni la cara B del single de “When Love Breaks Down”, ¿verdad? No, no, no tiene nada que ver. No es sobre Lady Di.
En estos tiempos de relativismo moral, un disco tan idealista y romántico como “Let’s Change The World With Music” sabe realmente a gloria divina. Su belleza es terapéutica. Bueno, ayuda que la gente no se lo esperaba, no creía que lo escucharía nunca. Es un disco viejo, una postal, si quieres, de un antiguo sentimiento de esperanza. Es una pena que no pudiera grabarlo con el grupo en su momento.

¿Se sigue viendo con ellos? Sí, al menos con los chicos. Neil vive en Francia, así que es algo difícil, pero hablo con él por teléfono. Y a Martin lo veo a menudo. Están bien, siguen haciendo cosas relacionadas con la música, aunque no necesariamente publicándola.

¿Por qué no ha dado más canciones inéditas a otros artistas? Di algunas, pero dejé de hacerlo porque no me gustaba en absoluto. Prefiero escribir para mí mismo y guardarlas a dejarlas en otras manos. Además, mucha de la música que tengo sin publicar debe ser de muy limitado interés para el público. Quizás me equivoque. La gente solo quiere canciones de amor, y un tipo de canción de amor muy determinado. Es fácil volverse inane y yo no quiero serlo. Prefiero servirme a mí mismo que a una compañía discográfica. Tengo algunas cosas que igual funcionarían, pero, sinceramente, me da pereza tratar con las compañías.

Las letras de Prefab Sprout pueden ser algo oblicuas. ¿Trabaja en ello deliberadamente o es resultado de confiar en el subconsciente? (Risas.) Me gusta la pregunta. No sé por qué escribo como escribo. No siempre quiero decir lo que estoy diciendo, no estoy expresando mi punto de vista sobre algo; es como si escribiera el guión para una película. Sí que uso muchas cosas del subconsciente; esas líneas que me llegan a la mente y no acabo de entender, pero sé que debo usar. Y así pueden surgir grandes canciones. Es como la poesía. Exige cierto trabajo al oyente.

Diría que se preocupa por el sonido de las palabras. A veces se tiene la sensación de escuchar poesía o prosa musical en esas letras. El sonido de las palabras es esencial. Prosa musical es una bonita manera de decirlo. El significado es importante, pero para mí está antes la melodía; escucho la melodía y busco ideas para las letras a partir de ella. Esta mañana hablaba con mi esposa sobre lo que se pierde a menudo en la traducción de la poesía. Y lo primero que se pierde es la musicalidad, y es una pena.

¿Tiene referentes poéticos? Me encanta la poesía. Mallarmé, por ejemplo. Me interesa toda la cultura, aunque la música es mi amante principal. Últimamente me ha dado por escuchar a Louis Armstrong y a antiguas bandas de jazz: música para divertirse y pasarlo bien; se me daría bien componer algo así. No compro discos nuevos, aunque presto atención a cuanto suena en el supermercado o en la televisión. Me interesa la música nueva, pero estoy demasiado ocupado con mi propia música para ir a comprar discos. Y seguramente me esté perdiendo grandes cosas de gente joven. Cuando eres joven tienes las mejores ideas.
"Las giras promocionales eran agotadoras; me quitaban tiempo para escribir. Cuando las acababa, me deprimía. Mi cabeza estaba llena de mis propios pensamientos sobre mi música, y me podía bloquear. Para este disco he hecho poco: algo de prensa inglesa, Japón, un programa de radio sueco, una para España, nada para Francia. Hablar unos pocos días. Eso es fácil" (Paddy McAloon)

¿Es consciente de todos los artistas jóvenes a los que ha influido? La lista es eterna: Sondre Lerche, The Changes, Junior Boys, Lake Heartbeat... No conozco nada de todo eso, solo a Lerche. Me gustó su versión de “Nightingales”. Hace tiempo una gente me pasó un CD con canciones de grupos de ahora hablando sobre mí o las canciones de Prefab Sprout... Es bonito. Pero no puedes concentrarte en eso, en lo que la gente piensa sobre ti, porque no es sano.
Supongo que en ese CD estaría el grupo indie Blind Terry con su tema “When Prefab Sprout Wrecked My Mind”. No, Neil Conti me habló de la canción. Dice que está muy bien. No entiendo cómo gente tan joven está tan familiarizada con el grupo. ¿Cuántos años tienes?
31.  
¿Y desde cuándo escuchas a Prefab?
Desde los 10, más o menos.  
Es curioso. Gente incluso más joven que tú, de 20 ó 25, conocen bien el grupo; se me hace extraño.

No es tan fácil encontrar música tan bella. Volviendo al tema de antes: escuchar a Prefab Sprout renueva el espíritu, te hace creer en la música y en la vida. Sí, debe ser eso. Gracias.

Usted siente respeto por el pop y por el oyente. Es fácil advertirlo. Es de agradecer. La música pop es importante. No digo que esté mal usarla como hace mucha gente, como un simple entretenimiento, una frivolidad... Pero hay gente como tú y como yo que la observa de otro modo.

Es una pena que no pueda y no le guste dar conciertos, porque hay mucha gente en España que desearía verles tocar de nuevo. Lo siento y me duele, pero no puedo hacerlo, esencialmente por mis problemas auditivos. Y tampoco puedo ir a ver tocar a otros. Si pudiera, tampoco sé si lo haría. Prefiero escribir.

Sé que tampoco le gusta hacer promoción. Siento haberle chafado la mañana. No, por favor, no te preocupes. Pero es cierto que las giras promocionales eran agotadoras; me quitaban tiempo para escribir. Cuando las acababa, me deprimía. Mi cabeza estaba llena de mis propios pensamientos sobre mi música, y me podía bloquear. Para este disco he hecho poco: algo de prensa inglesa, Japón, un programa de radio sueco, una para España, nada para Francia. Hablar unos pocos días. Eso es fácil.

Bueno, gracias por todo. Me ha encantado poder hablar con usted. Ya puedo retirarme de mi oficio. Oh, venga, no digas eso. Sigue adelante. Gracias a ti y a los lectores de vuestra revista que todavía me escuchen. Gracias de verdad.

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